LA GLORIA QUE VENDRÁ
“El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera dice el Señor Todopoderoso.”HAGEO 2:9
Se pudiera pensar que la Iglesia está experimentando actualmente el gran derramamiento del Espíritu de Dios, de los últimos tiempos. Tal conclusión es una visión muy corta, muy lejos de lo que Dios realmente hará. Por más maravilloso que sea el mover actual del Espíritu Santo no significa que estemos experimentando la gloria de la lluvia tardía.
Hemos sido creados para coexistir con su gloria. Pero la desobediencia no puede ser tolerada si estamos tratando de agradar a Dios. La medida apropiada de nuestra verdadera condición espiritual reposa en nuestra obediencia actual a su voluntad. Puede haber una unción en nuestras vidas, y aun así permanecer lejos del corazón de Dios.
Dios ha estado trabajando a través de la historia de la Iglesia en un templo formado por sus hijos obedientes, que lo aman y le temen. “también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual.” 1a Pedro 2:5
Si somos honestos admitiremos que nosotros - su templo- aún no estamos preparados para su gloria. El templo aún está bajo construcción. El orden divino está siendo restaurado dentro del corazón del hombre.
• Nuestra condición presente
Cuando nuestra búsqueda de Dios es por “bendiciones” en lugar del Señor mismo, Él removerá o retendrá aquello por lo cual clamamos a Él.
Así como Dios restauró el templo natural de Israel, y aunque nuestro templo no es natural, está formado por nuestros corazones. El templo santo será reparado y restaurado en su divino orden y para su gloria, nuevamente.
Hemos perseguido las bendiciones y buscado la comodidad y lo fácil. Dedicamos lo mejor de nuestros bienes para nuestro propio beneficio. Damos la mayor parte de nuestro tiempo para lograr nuestro éxito personal y así disfrutar de comodidad y seguridad.
• ¿Dónde está mi honor?
Dios cuestionó a Israel »El hijo honra al padre y el siervo a su señor. Si, pues, yo soy padre, ¿dónde está mi honra?; y si soy señor, ¿dónde está mi temor?, ….."¿En qué hemos menospreciado tu nombre?" En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y todavía decís:"¿En qué te hemos deshonrado?"
En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿acaso no es malo? Asimismo, cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿acaso no es malo?” Malaquías 1:6-8 ¿En qué forma no fue respetado? A Él le daban lo de segundo, mientras que el pueblo retenía el primero.
Piensa por un momento si la mayoría de nosotros trabajáramos en nuestros empleos de la forma en que lo hacemos para Dios, Venimos a la iglesia tarde. No hacemos mayor esfuerzo para servirlo. Criticamos al liderazgo y a aquellos que sí sirven. Rara vez damos nuestros diezmos en su totalidad. Asistimos solo a los servicios regulares. Si el tiempo no es bueno, nos quedamos en casa. Si esto es excepcionalmente bueno, nos quedamos para disfrutarlo. Si nuestro equipo juega a la misma hora, perdemos la reunión para poder verlo.
¿Cuánto tiempo pasaría para que nos corrieran si esta fuera nuestra actitud hacia el empleo secular?
Muchos vienen solo para recibir o ser espectadores; nunca para dar o servir. Cuando alguien esta en una necesidad, cada uno está ocupado buscando su propio éxito. Este comportamiento no es otra cosa que irreverencia frente al Señor; trabajáremos mucho y muy duro para mantener nuestros estándares de vida. Pero las actividades para el Señor como la oración requieren de mucho esfuerzo para asistir, y alegamos que no tenemos suficiente tiempo. Dios explica esta confusión. “Ustedes buscan mucho, pero encuentran poco; y lo que guardan en su casa, yo me lo llevo de un soplo. ¿Por qué? Pues porque mi casa está en ruinas, mientras que ustedes solo se preocupan de sus propias casas. Yo, el Señor, lo afirmo.”. Hageo 1:9
Los profetas hablaron fuertes palabras trayendo cambio en los corazones. El pueblo oyó esas palabras y obedeció la voz del Señor “y temió el pueblo delante de Jehová”. La reverencia fue restaurada. Sus intereses personales eran secundarios. Cuando temamos al Señor, pondremos siempre sus intereses por encima de los nuestros. Hoy es tiempo de predicar y enseñar palabras fieles, palabras que la gente necesita escuchar, en oposición a las palabras que quieren escuchar.
• Considere el templo anterior
“¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora?...” Hageo 2:3 Dios nos está preguntando lo mismo a nosotros el día de hoy: “¿Cuántos de ustedes recuerdan a la Iglesia en su gloria pasada? ¿Cómo se compara con la actual? ¿Cómo nos vemos nosotros mismos –el templo de Dios?
Para responder, examinemos por comparación la Iglesia en el libro de Hechos. Pentecostés, el primer día de lluvia temprana, vino con tal fuerza que atrapó la atención de multitudes en Jerusalén. No había radio, ni T.V.; no había ninguna reunión programada, no obstante, Dios se manifestó a Sí mismo tan poderosamente que las multitudes escucharon las palabras ungidas de Pedro, y miles fueron salvos.
Tiempo después, Pedro y Juan caminaban al templo, y vieron a un cojo de nacimiento. Pedro lo alzó en sus pies y el hombre lisiado fue sanado en el nombre de Jesús. A los pocos minutos, otra multitud de miles se reunió. Pedro predicó y cinco mil hombres fueron salvos.
En muy poco tiempo la Iglesia había crecido de cómo 120 a más de 8000 miembros.
Oraron con tal unidad que el edificio fue sacudido. ¡Eso es poder! Un matrimonio trajo una ofrenda irreverente y cayeron muertos inmediatamente.
“Tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos”. Hechos 5:15 Habla de calles, no de una calle. La gloria de Dios era tan fuerte que todo lo que Pedro tenía que hacer era caminar entre la gente, y ellos serían sanados.
Felipe, fue a la ciudad de Samaria y predicó. La ciudad entera respondió y multitudes le prestaron atención al ver los grandes milagros que hizo. Los efectos del Espíritu de Dios en esa ciudad fueron tan grandes que la Biblia registra. “Así que había gran gozo en aquella ciudad”. Hechos 8:8
La Biblia dice “Y le vieron todos los que habitaban en Lida y Sarón, lo cuales se convirtieron al Señor” Hechos 9:35 ¡Dos ciudades enteras terminaron siendo salvadas!
Donde los creyentes iban, las ciudades eran afectadas. “Estos que trastornan el mundo entero.” Hechos 17:6
La gloria de Dios era poderosa. “Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús”. Hechos 19:10 No dice que “toda Asia escuchó la palabra”. Eso hubiera sido más fácil, significaría que toda la ciudad había sido afectada, pero no necesariamente cada persona, pero dice “…todos los que habitaban en Asia… oyeron la palabra del Señor Jesús”. ¡Cada persona escuchó la palabra de Dios en sólo dos años, no es un pueblo, una ciudad o aun un país. Es toda una región!
• Siete veces mayor.
¿Visualiza cuán gloriosa era la Iglesia durante la lluvia temprana del Espíritu de Dios? Volvamos a hacernos la pregunta de Dios, ¿Cómo se compara la iglesia de los Hechos con la actual? No hay forma de comparar la iglesia actual con aquella gloriosa del libro de los Hechos. Dios nos está desafiándonos para que aumentemos nuestra visión.
Su Palabra dice Hageo 2:9 “El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera dice el Señor Todopoderoso.” ¡Dios dice que su gloria excederá la que mostró en el libo de los Hechos!
La magnitud de gloria en los días por venir será siete veces más grande que la experimentada en el libro de los Hechos. Él ha reservado el mejor vino para el final como en la boda de Canan (Juan 2:1-11) La lluvia del Espíritu de Dios, será tal como es descrita por Joel, Pedro y Santiago.
“Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días,…”. Isaías 30:26 Dios está describiendo la gloria de su Hijo, a quien las Escrituras llaman “Sol de justicia”. (Malaquías 34:2) Su gloria será siete veces más grande en los días previos a su Segunda Venida. La lluvia tardía de la gloria de Dios no solo traerá frescura al pueblo de Dios sino también a aquellos que lo rodean. Esta lluvia tardía es diferente a los aviamientos pasados. Esos afectadas a una ciudad o región; Ahora tienes que ir hasta allí para ser parte.
En los Hechos la gloria se manifestaba en cualquier lugar donde los discípulos fueran. La gloria de Dios fue derramada sobre todo el mundo conocido. ¡La lluvia tardía será derramada sobre toda la tierra en una medida aun mayor! ¡Donde estamos ahora, no es donde seremos guiados! Debemos buscar por su gloria venidera.