LOS TALENTOS
“'Quítenle el talento y dénselo al que tiene las diez. Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes' Lectura Bíblica Mateo 25:19-30.
Esta parábola pudiera muy bien llamarse la parábola del éxito. La palabra “talento” se usa generalmente para indicar cierta clase de habilidad, pero para la gente que escuchaba a Jesús esta palabra representaba un obrero; ser depositario; lo primero que debemos observar en esta parábola es que el amo dejó sus talentos al encargo de sus siervos. No fueron heredados. El amo les confió este dinero. El siervo que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra. Debemos observar que no era malo…., lo guardó para estar muy seguro…. Su falta y el reproche que por ella recibió, fue por causa de su mala interpretación del carácter de su amo. “Señor yo te conocía…..” Temor y falta de confianza en su propia habilidad, debido a la idea errónea que del carácter de su amo y que de sí mismo tenía, motivaron la acción que resultó en el castigo recibido. Si la relación de este siervo con su Señor… No hubiera sido difícil comprender que su deber era ser útil y producir. Los dos siervos que por medio de su trabajo aumentaron sus talentos, fueron elogiados: “Bien, buen siervo”, fueron así premiados por su iniciativa mientras que el siervo que escondió su talento fue desterrado.
Todo individuo normal tiene algún talento. Todo cristiano puede hacer algo por su Señor; Jesús no cesaba nunca de señalar la importancia de lo que el mundo habría llamado servicios insignificantes y sin valor. La pobre viuda echando su moneda en el área de ofrendas; Simón el Cirineo llevándole Su Cruz; el dar “un vaso de agua fría”, en Su nombre, hacer bien a “uno de los más pequeños”, estos pequeños y aparentemente insignificantes actos de amor eran altamente recomendados por El. El explicó que el entendimiento humano no puede comprender la verdadera importancia de un acto, ya sea grande o pequeño en el designio final de las cosas. Solo una palabra o acto de afecto aparentemente sin importancia alguna, puede tener su significado espiritual muy pronto. Estos actos de bondad y de amor, pequeños, anónimos y fáciles de olvidar tenían gran importancia y belleza en los ojos de Jesús.
Hace poco vi sobre el escritorio de cierto comerciante esta cita bíblica: (Ella) “echó todo lo que tenía” Marcos 12:44; vino a mi mente la fiesta de la pascua y de los Azimos en la casa de Simón, el leproso de Betania; la mujer con un frasco de alabastro ungiendo sus pies con un perfume de mucho precio, los indignados apóstoles que la criticaron y cómo Cristo los reprendió, la forma en que elogió a esta mujer. “Esta ha hecho lo que podía” Marcos 12:44. A primera vista me pareció extraño. Le diré, me dijo “El hombre necesita un lema que le sirva de guía en la vida y la importancia de su lema depende de la porción de su vida que él consagre a otros. Si me fuera dado elegir, el lema que yo quisiera merecer sería “El hace lo que puede”, es decir que de acuerdo con las facultades que Dios me ha dado, hago lo que puedo. El hombre que es egoísta, intolerante, pagano, puede que sea buen mecánico, buen vendedor, etc., empero el hombre que es buen cristiano y consagra su vida a otros, siempre hará lo mejor que pueda en toda tarea que emprenda. Y lo que es más importante aún, emprenderá solo aquellas tareas que él sienta en su corazón son dictados por Dios.
¿Has sido verdaderamente fiel con lo que se ha puesto bajo tu cuidado? Sea mucho o poco lo que se te haya confiado. No hay duda que si el siervo que recibió solo un talento hubiera ganado otro, su señor habría estado satisfecho y lo habría premiado como premió a los otros, pero éste demostró cierta cobardía, falta de imaginación y valor, no para afrontar el riesgo, una índole hostil que le impedía cooperar con los planes de su señor, lo cual era imperdonable. Los talentos que se descuidan, que se esconden pueden darse por perdidos. El universo es maravilloso, propicio hacia un talento que se cultiva; cultiva una aptitud para la música o para granjearte amigos y crecerá y dará más y más fruto. Descuídala y la perderás gradualmente. “Quítale pues el talento”… Observa como el hombre que desarrolló su iniciativa, su confianza en el bien, su atracción magnética para aumentar ganancias prosperó con la aprobación del señor.
Así mismo aquel que ha desarrollado una capacidad para amar, ser benévolo, saber apreciar a sus semejantes para tener fe, paciencia, para servir con amor en bendiciones y prosperidad al recibir la aprobación del Maestro: “Buen siervo”.
Otro error que cometió el siervo de un sólo talento fue que no se dio cuenta de lo mucho que su talento se necesitaba. Trató su don con menosprecio. Quizá tú has estado menospreciando tu talento. Compasión es un talento, amor, ternura, bondad.
Pablo escribió este mandamiento al joven Timoteo “No descuides el don que hay en ti, que te es dado mediante profecía…” (1ª Timoteo 4:14). Un cristiano no tiene derecho de menospreciar cualquier don que tenga; si uno puede cantar o tocar algún instrumento musical, Dios hace el llamado a usar ese talento.
Cualquier habilidad que un cristiano pueda tener, es parte de él, y si está completamente consagrado a su Señor sus talentos también están dedicados. No es suficiente rendir todo lo que tiene a Cristo; debe existir el deseo y la determinación de aumentar y engrandecer cada talento.
Recuerda que tu habilidad, tu talento sea cual fuere, grande o pequeño, proviene del caudal de Dios. A El pertenecía en el principio, Dios ha invertido de su caudal en ti. ¿Cuál es tu capacidad para amar? ¿Qué servicios desinteresados prestas?
El Padre necesita la contribución que tú puedas hacer para el adelanto y desarrollo de Su plan perfecto. La única forma en que nuestro Creador puede expresar aquí en la tierra Su amor, sabiduría, poder es por medio de la mente y el corazón de personas tales como tú y yo y todos. Sin el hombre que es la manifestación del Espíritu, no puede haber expresión. Descubre tu talento, cultívalo, úsalo para la gloria del reino y así descubrirás tu propio bien, tus propias bendiciones. Pero más importante aún que todo esto será la recomendación del señor….”¡MANIFICO, eres un siervo bueno y fiel. Y ya que has sido fiel con lo poco que deposité en tus manos, te voy a confiar ahora una cantidad mayor. Ven, entra. Celebremos tu éxito!”
Meditación elaborada por la Sra. Evangelina Hinojosa de Villarreal, quien actualmente se encuentra ante la presencia de Su Señor, en el lugar que El fue a preparar para ella en Su Gloria.